CUBANOS RELATAN EL TERROR DEL TORNADO

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Leanys Calvo estaba trabajando el domingo en la noche en una cafetería en el barrio 10 de Octubre en La Habana pese a la fuerte lluvia y viento cuando oyó “un ruido terrible”.
“Fue algo que bajó y volvió a subir como una torre… Fueron los segundos más negros de mi vida”, dijo Calvo, de 38 años.
La mujer describió que “fue algo que tocó tierra y luego volvió a despegar. Era como una torre” que ella vio de color “rojo y verde y que estuvo aquí durante 2-3 segundos, nada más. Fueron los segundos más aterradores de mi vida”.
Las autoridades informaron que 73 personas resultaron heridas y fueron hospitalizadas en esta zona, pero nadie falleció. Los funcionarios hablaron bajo la condición del anonimato porque no estaban autorizados a dar informes.
El presidente de Cuba informó el lunes de madrugada que el tornado mató a tres personas e hirió a 174.
“Vi como una candela, como una cosa roja”
El tornado que azotó La Habana arrancó el techo de concreto de un edificio de apartamentos en el distrito Regla y lo hizo volar hasta un callejón, dejando a las personas atrapadas en sus casas.
Marlene Marrero García, de 77 años, dijo que estaba en su apartamento en la planta baja con sus nietos y bisnietos el domingo en la noche cuando escuchó que los transformadores eléctricos comenzaron a explotar. Entonces pasó el tornado.
“Vi como una candela, como una cosa roja, empezó a caerse todo”, relató Marrero. Agregó que ella y su familia quedaron atrapados por los escombros durante casi media hora antes de que llegaran los bomberos.
“Esto parece una película de terror”
Julio Menéndez, quien trabaja en un restaurante en el barrio 10 de Octubre de La Habana, relató que estaba en su casa anoche cuando oyó algo parecido a un tornado.
“De momento se sintió un ruido como si fuera un avión cayéndose. Lo único que hice fue abrazar a las niñas”, dijo Menéndez, quien tiene 33 años y dos hijas de 9 y 12 años.
El testigo habló el lunes cerca del hospital Hijas de Galicia, cuyos pacientes, todas las mujeres embarazadas o con recién nacidos, fueron evacuados a otro centro médico.
El centro médico de siete pisos se quedó sin cristales porque fueron succionados por el viento, dejando las cortinas ondeando en la brisa.
También había postes de luz derribados, una palmera caída sobre un vehículo antiguo y láminas de metal utilizadas para tejados que volaron a 8 o 10 metros.
“Esto parece una película de terror”, dijo Menéndez.

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