Estudios han demostrado que los cigarrillos electrónicos tienen hasta 80 compuestos tóxicos que se relacionan con daños en el sistema respiratorio y cardiovascular. El uso de este artefacto también incrementa las concentraciones de nicotina en espacios cerrados, dando origen a los llamados fumadores de segunda y tercera mano.
De acuerdo a Inti Barrientos Gutiérrez, Los fumadores de segunda mano son quienes inhalan las partículas de manera pasiva, mientras que los de tercera mano tienen contacto directo con alguna superficie que contiene partículas nocivas.
Los 80 compuestos son tanto tóxicos como cancerígeno además se ha encontrado también evidencia de otras sustancias desconocidas, esto contradice a quienes afirman que los cigarros electrónicos son 95 por ciento menos dañinos que los cigarros convencionales.
Los cigarros electrónicos se basan en seis elementos esenciales: batería, resistencia, mechas, base, sustancia activa y saborizantes, todos interactúan cada que el aparato se encience lo que hace imposible saber qué tan tóxica se vuelve esta interacción.
Barrientos Gutiérrez añadió que existe evidencia científica de que estos productos generan dependencia y mutaciones cancerígenas a largo plazo.
El uso de cigarros electrónicos se ha vuelto polémico en Estados Unidos, donde se han relacionado a la enfermedad de 530 personas y mató al menos a nueve.
